Me levanto sin
madrugar, sobre las 10, cielo nublado y temperatura tirando a fresco, un café
grande y cargado sin prisas. Me dirijo al Monte Castrove a la zona de “A Escusa”, mi territorio
favorito para correr en las proximidades de Sanxenxo; hoy unos
15 kilómetros con un farlet de 30 minutos de calidad.

Estiro relajado, buenas vistas, tranquilidad
superlativa.
Regreso a Sanxenxo, me enfundo el traje de neopreno y me hago la playa del Silgar de ida y vuelta, 1600 metros, 31 minutos.
Hubiera hecho 1000 metros más, pero el agua fría ya me
empezaba a incomodar bastante.
Así pasé la mañana y, por la tarde, después de
comer, de taxista buscando spots y skateparks para Diego y su colega, Pablo.
Mañana toca tirada larga en bici, también pinta muy bien.