
Ironman de S.T. George, viaje llegada, toma de contacto.
De Valencia a Las Vegas 25 horas de vuelos vía Miami y la incertidumbre de si llegarán las bicis y las maletas, pero esta vez salió todo sin problemas y el coñazo del avión se llevó mejor al compartir el viaje con Álvaro, David y Ainoa.
A las 22 horas LT, llegamos al aeropuerto de las Vegas donde Paloma y Bob nos estaban esperando.
Álvaro y yo tras 200 kilómetros de carretera llegamos a nuestra casa en Hurricane a 20 kilómetros de S.T. George donde se celebrara el IM.
En Hurricane donde nos alojamos, silencio, máxima tranquilidad, un poblado de Mormones con granjas, un montón de Iglesias, y casi nadie en la calle.
Nos levantamos muy temprano, un día muy ventoso, soleado y muy frio, montamos las bicis y salimos a explorar las inmediaciones corriendo en dirección al lago de Sand Hollow donde se hará la natación, que lo tenemos al lado de casa, bueno, aquí todo esta al lado pero a muchos kilómetros, las distancias y las extensiones son inmensas.
Después de la primera toma de contacto con el entorno y tras 70 minutos de carrera con unos cuantos cambios de ritmo.
Álvaro y yo, salimos con nuestros anfitriones Paloma y Bob, que nos llevaron a una tienda de productos biológicos para comprar comida.
Álvaro se encargará de todo lo relacionado con este tema y posiblemente me convertirá al vegetarianismo o mejor dicho a comer de manera más natural, cosa en lo que él es un experto.
Al dia siguiente fuimos a Sand Hollow para nadar.
Un frio y un viento que te corta el cutis , nos pusimos los neoprenos dentro del coche por que en el exterior te quedabas helado y sin pensarlo, ya que si lo piensas no puedes hacerlo; nos tiramos al agua, la cara dolorida del frio, las manos y los pies heladas y el resto algo mejor , 20 minutos nadando y salimos tiritando y sin sentir las manos casi no nos pudimos quitar el traje , eran las 10 de la mañana , a las 7 de la mañana el próximo sábado que Dios nos coja confesados.
A la vuelta con viento favorable y en bajada los últimos 25 kilómetros se alcanzaban unas velocidades de dar miedo, una vez que miré el velocímetro marcaba 80,9 kilómetros por hora y me acojoné y empecé a reducir rápidamente y a ir frenando para no pasarme.
Durante los siguientes dias, mas de lo mismo con la temperatura mas alta durante el dia.