5/2/95

Maratón de Valencia 1995

El beneficio de una lesión inoportuna


Vivía en Tenerife y entrenaba con los corredores de La laguna y Santa Cruz, una periostitis tibial producida 17 días antes del maratón me obligo a dejar de entrenar y solo podía rodar muy suave en césped y poco tiempo, mucho hielo, crioterapia y un estimulador muscular de corriente eléctrica que me dejo Alfredo Escuela mitigaron un poco el dolor y aunque no estaba curado decidí ir a Valencia, donde pude correr y evidentemente llegué descansado y supercompensado.

Me acompaño Reyes, pero esta vez ya no la prometí nada, para que hacer promesas que no iba a cumplir, ya se estaba percatando que mi afición por correr se incrementaba cada día lejos de haber sido un capricho temporal.